El aceite esencial de salvia inhibe en el laboratorio a la acetilcolinesterasa, sustancia relacionada con la pérdida de memoria que sufren los afectados por la enfermedad de Alzheimer.
Tiene efectos hipnóticos y sedantes, alucinógenos, relajante muscular, analgésico, estimulador de la memoria, anticonvulsivante, neuroprotector y antiparkinsoniano, así como atenuación del síndrome de abstinencia de alcohol y morfina.
Contra la excesiva transpiración, especialmente la nocturna producida por fiebres altas. Es antisudoral, debido a la tuyona que bloquea las terminaciones nerviosas de las glándulas sudoríparas. Bloquea a la acetilcolina y por lo tanto a las fibras simpáticas colinérgicas, por lo que cesa el sudor.
Afecciones gástricas e intestinales, y procesos inflamatorios; es estomacal y antidiarreica.
Inflamación de las vías respiratorias altas, tos y tuberculosis. Inflamaciones de la cavidad bucal y garganta, en gargarismos para las anginas, dolor de muelas y parodontitis.
Afecciones de origen micósido, también en dermatosis, úlceras y llagas.
Acaloramientos debidos a la menopausia.
Detiene la caída del cabello, tonifica el cuero cabelludo y elimina la caspa.
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